martes, 7 de agosto de 2012

Lo siento, no quiero ser un emperador.

"Ese no es mi oficio. Yo no quiero mandar ni conquistar a nadie. Quisiera ayudar a todos de ser posible...judíos, gentiles, negros, blancos..." 

Así empieza uno de los discursos más famosos de la historia del cine. Era el año 1940, y uno de los actores más aclamados de todos los tiempos, Charles Chaplin, daba un discurso en el final de su película "El gran dictador"

Cualquier persona que escuche ese discurso podrá pensar que es un "indignado" con un megáfono en cualquier plaza española. No, la indignación no ha nacido el 15 de mayo de 2011. 

Lo que sí es cierto es que hemos llegado a una situación insostenible en todos los aspectos: social, económico, medioambiental...y que ha llegado el momento de aplicar lo que el gran Chaplin dice en esta maravillosa pieza. 

Llegamos con retraso, mucho, pero nunca es tarde mientras haya gente que, como el 15M y otros movimientos sociales y políticos, promueven la igualdad, la justicia y una democracia real. 

"Luchemos para hacer al mundo libre, para acabar con las barreras nacionales. Para acabar con la codicia, el odio y la intolerancia. Peleemos por un mundo en que reine la razón. Un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven a la felicidad de todos nosotros. Soldados, en el nombre de la democracia...¡TODOS UNIDOS!"